Hola, princesas que me leen. Escribo ahora para contarles que (desde el domingo pasado) mi dieta va muy bien, mi rutina de ejercicio también (sé que todo esto va bien porque lo noto en mi ropa y porque me siento más fuerte) y hasta ahora no me he pesado, lo haré el siguiente viernes (mi meta es perder 3 kg en éstas dos semanas). Sigan enviándome buenas energías y bendiciones, princesas. Gracias :)
También escribo para contarles que... ¡Éste sábado fue mi fiesta de graduación! :D Sí, ya estoy, gracias a Dios, en la recta final de mi carrera. Estuvo todo muy lindo, e invité a un viejo amigo para que fuera mi pareja ese día (lo llamaré J). Él viajó muchos kilómetros para acompañarme en éste día tan importante, y se lo voy a agradecer siempre (y lucía tan guapo). El único problema: YO. Jaja.
Con mi sobrepeso, lógicamente no podía sentirme muy bien, es decir... Cuidaba todo el tiempo que no se me "asomara" algo de más, sumiendo pancita todo el tiempo, sintiendo que mis brazos estaban demasiado gordos... En fin. El color del vestido me gustó, y como soy muy blanca, me hacía lucir mejor. Además mi maquillista y peinador es un master, lo amo, hizo mi cabello y rostro lucir aún más hermosos (porque bueeeeno, si hay algo al menos que sí me gusta de mí, son mi rostro, cabello y piel)... Pero aghhh, mi cuerpo. No pude sentirme plena en un día tan importante, todo por culpa de mi sobrepeso. Estuve pensando en eso gran parte del tiempo, y comencé a pensar en Ana otra vez. Es decir, fue como: "Ana, amiga... Si no me hubiera separado de ti, tal vez las dos estaríamos disfrutando éste momento tan importante en mi vida. Tal vez si no te hubiera dejado, no estaría pendiente de las miradas hacia mí, sintiéndome horrenda e infeliz, hoy, que debería estar celebrando y sintiéndome bien", pero después recordé que fue precisamente Ana la que me puso en esta situación. Me hizo perder el control de mí misma y me hizo enfermar. Ella causó que tuviera qué consumir vitaminas, que tuviera que beber/comer cosas llenas de calorías prescritas por el médico y la nutricionista, que me hicieron ganar demasiado peso. Es por ella que hoy tengo qué comenzar de cero.
Pensé todo eso en un momento. Me sentí muy triste, fea, fracasada. Pero J comenzó a hablarme, y me dijo que me notaba incómoda. Algo así fueron sus palabras: "Te noto rara, como apagada. No te sientas así. Te conozco de hace diez años y casi hasta puedo leerte. Cada palabra, movimiento y gestito me dicen cómo estás. Y bueno, te veo como si quisieras esconderte, y no me gusta eso. Te ves hermosa, la más bonita aquí y ahora. Mírate en ese vestido rojo, pareces una muñeca.(silencio, y un suspiro de J) ¿Sabes? Yo sé por qué estás así ahora. Sé que no te gusta haber ganado peso, siendo tú una niña que se preocupa muchísimo por eso. Pero no debes sentirte mal. Tú decretaste que ibas a ser saludable de la manera correcta, aunque fuera más lenta que la que tú conocías, lo importante es que estás trabajando duro por conseguir eso que quieres, malo sería que estuvieras sentadita y quejándote..." (*pasa que J sabe que yo padecía y padezco ciertos desórdenes alimenticios, y cuando le dije que había subido de peso, le expliqué que iba a recuperarme pero que ahora haría las cosas bien*) continúo con lo que me dijo él...
"Yo te quiero mucho, toda la gente que te acompaña hoy, te quiere... Nadie está pensando acerca de cuánto pesabas hace un año, hace dos... Su atención está fija en lo inteligente y triunfadora que eres, en lo hermosa que luces y lo bien que te queda ese vestido. Eres preciosa, por dentro y por fuera. Si alguien intenta encontrarte algo negativo, será por la envidia que te tiene. Hay qué divertirnos mucho hoy, que es tu día. Yo vine hasta acá porque no iba a perderme uno de los mejores días de tu vida, y me siento dichoso por ser tu pareja hoy. Ojalá lo pudiera ser siempre." Y me abrazó \(^o^)/
Dios se manifiesta de tantas maneras. Yo no sé si ustedes creen en Dios, princesas... Pero, al menos yo, sé que cada cosa buena que me pasa es gracias a él, y las cosas malas son para llevarme al fondo y tomar un impulso grande y así poder levantarme mucho más fuerte de lo que era antes. Y ésta vez, sé que Dios me dejó estar con J para que, de alguna manera, él me sacudiera y no me dejara desviarme de lo que es mi meta. Y no desviar la atención de lo verdaderamente importante: Mi salud. Con la salud, viene la belleza... No al revés.
A partir de ese momento, pude sentirme bien. Pude disfrutar mi día. Y aunque no lucía como toda una princesa, pude sentirme bien, en compañía de mi familia y de otras personas que me quieren mucho. Comí un poquito, bebí mucha agua y bailé mucho... Disfruté y me cuidé al mismo tiempo.
Me siento muy bien, con mucha energía. Hoy fui a comprar frutas y un montón de vegetales; y ya quiero que amanezca para ir al gym :D
Ahora J tuvo ya qué volver a su casa, pues él ya terminó su carrera hace dos años y desde entonces trabaja mucho. Hoy lo quiero más, me recuerda que hay amistades que vale la pena conservar, no importa el tiempo ni la distancia. Él me ayudó mucho más de lo que cree, y siempre voy a estar agradecida con él por acompañarme y por hacerme sentir tan bien en un ratito que fue muy negro para mí... No puedo esperar a verlo de nuevo. :)
Princesa ClOe
